Durante los últimos 100 años, la workerjacket ha pasado de ser una prenda de trabajo muy cómoda a ser una de las prendas de fondo de armario en la actualidad y un punto de inspiración para las marcas de lujo.
Ninguna categoría de ropa ha tenido un ascenso tan meteórico y generalizado en los últimos años como esta prenda tradicionalmente usada para trabajar y hoy en día valorada en gran medida por su comodidad y libertad de movimiento. Esto se debe sobre todo a la relajación generalizada en los códigos de vestimenta que vivimos últimamente, donde prima lo práctico sobre lo encorsetado.
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Esta prenda se confeccionaba en un dril de algodón resistente con un ajuste holgado, botones en la parte delantera y con tres o cuatro bolsillos de parche para guardar herramientas y piezas sueltas.
Hoy en día, todas las marcas de sastrería o marcas más informales han creado sus propias interpretaciones actualizadas de esta chaqueta. En tejidos diferentes, desde algodones hasta linos pasando por tejidos más técnicos como el neopreno, la workerjacket traída a nuestros días se puede usar de manera informal con jeans, camiseta y zapatillas de deporte o con pantalones con el mismo tejido y color y una camisa, creando así el nuevo traje más moderno y al mismo tiempo muy chic.
La workerjacket ha pasado a ser una pieza de fondo de armario versátil, totalmente de moda y con idea de perdurar en el tiempo.
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